Qué caminos insondables construyen las uniones neuroquímicas de la mente de un asesino serial. Qué rumbos tan singulares pueden armar una mente de tal manera como para llevar a una persona a sentir la necesidad, o peor aun un regocijo, del acto de matar por el mero hecho de matar.
Esos caminos y puentes que en su conjunto arman el cerebro de un psicópata, son producto de la propagación de miles de billones de señales eléctricas que, combinadas, forman la mente criminal. Dicha mente, muchas veces tristemente privilegiada, es capaz de construir un meticuloso plan de acción e incluso crear un motivo para llevar a cabo, o mejor dicho validar o darle un motivo, tan oscura empresa. Ciertamente éstas características internas, digamos psicológicas, no son de fácil acceder.
Generalmente son tan densas y profundas como la jungla más espesa. Sin embargo hay algo que nos permite, como si fuera un machete psicológico que corta las barreras autoimpuestas del individuo, entrar a ésta jungla de pensamientos macabros y oscuros. Ese machete mental es la creatividad y el lado artístico de éstos asesinos.
Recuerdo hace ya muchos meses, años quizás, ver en el Discovery Channel un documental sobre un asesino de jóvenes. Este asesino tenía el macabro acto de realizar dibujos en los cuales, escondidos entre sus trazos, habitaban pistas y descripciones de sus actos. El hombre murió tras una condena de muerte llevándose a la tumba la cantidad exacta de jóvenes asesinados y los lugares donde dispuso de sus cuerpos. Solo quedó un dibujo, de un payaso de facciones bizarras, como único testigo clave del lugar final de éstas personas.
John Wayne Gacy
Comencemos con el personaje que les comenté al principio de éste artículo. Su nombre era John Wayne Gacy
(conocido también como Pogo) asesino en serie estadounidense, que asesinó al menos a 36 hombres jóvenes antes de ser detenido. Su principal zona de actuación era las zonas de homosexuales. Su forma de captar su víctimas, a veces hombres en las calles y otras veces a sus empleados, era atraerlos ofreciéndoles mejores puesto de trabajo, alcohol o drogas. Una vez se los ligaba, los llevaba a su casa, los torturaba, les ataba las manos, les recitaba la Biblia para acabar estrangulándolos pero antes mantenía sexo con ellos, para después enterrar los cuerpos en el jardín de su casa.
Roy Norris
Lawrence Bittaker y Roy Norris eran dos criminales que se conocieron en prisión y entablaron una oscura amistad. Al salir de prisión comenzaron a utilizar una camioneta denominada “Muerder Mac” para concretar su misión de secuestrar mujeres jóvenes torturándolas y asesinarlas dentro de la camioneta, bajo la insospechosa vista del público que la veía pasar.
Roy Norris, cuyo talento era igual de carente que su cordura, realizó varios dibujos que pueden ser vistos aquí.
Jim Ruzicka
Condenado a dos sentencias perpetuas consecutivas por el asesinato de dos personas, y peor aún, incluso sospechado del asesinato de otra mujer en Oregon, Estados Unidos, realizó este macabro ataúd. Le llevó varios meses ya que lo hizo, incluso la decoración, enteramente a mano. Realmente una de las piezas más macabras que he visto, sobretodo sabiendo que no es una expresión de éste asesino sino un deseo.
Daniel Seibert
Asesino serial de mujeres condenado a pena de muerte. Su obsesión con las mujeres queda patente en sus dibujos y pinturas, como podemos ver en la muestra aquí presente (click para ampliar). Para ver más dibujos y pinturas de éste asesino hagan click aquí.
Charles Manson
Y para finalizar Charles Manson, creo que éste no necesita introducción, pero igualmente pueden hacer click aquí para ver un informe detallado de sus crímenes. Manson no solo se dedicó a dibujar cosas extremadamente abstractas y sin sentido, como éste dibujo que realizó para la Navidad del año 2000 (click para ampliar), sino que también pasó mucho tiempo creando piezas de artesanía como sandalias y collares (como todo buen hippie)
Gran convinacion de arte y d elocura