¿Ha tenido alguna vez la aterradora experiencia al dormir o ir a despertarse de sentirse paralizado de repente? ¿Fue una alucinación? ¿Un ataque sobrenatural? ¿Una experiencia psíquica o paranormal?

En general, la parálisis del sueño es un periodo de incapacidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o cerca del momento de despertar. Se trata de un estado en el que al parecer estamos físicamente dormidos pero mentalmente despiertos. El doctor Eduard Estivill ... (Plaza & Janés) explica que “tanto el momento de despertarse como el de dormirse está caracterizado por dos fases: primero se despierta el cerebro y luego se despierta el cuerpo. Normalmente estos dos procesos se dan simultáneamente, pero en ocasiones se produce un brevísimo intervalo de tiempo entre el despertar del cerebro y el de la musculatura. Entonces, uno es consciente de que está despierto, pero no se puede mover”.


...parálisis del sueño se define como “un periodo de incapacidad para realizar movimientos voluntarios al dormirse (tipo predormital o hipnagógica) o al despertarse durante la noche o por la mañana (tipo posdormital o hipnopómpico)”.

...Robert Baker ha sugerido que “el síndrome de parálisis del sueño está muy asociado con los ciclos alterados de soñar y dormir, periodos de estrés intenso, consumo excesivo de alcohol y drogas, dormir en lugares poco familiares, o bien ser el resultado de un problema psicológico o incluso una señal de enfermedad física o mental”...


...la capacidad para imaginar permitía predecir la incidencia de la parálisis del sueño y la intensidad de los síntomas. Encontraron una estrecha correlación entre las imágenes vívidas (por ejemplo, pesadillas/terrores), la imaginación, las experiencias fuera del cuerpo y la susceptibilidad para ser hipnotizado/a. Estos resultados les llevaron a sugerir que la gente imaginativa tiende a darse cuenta de la parálisis con más frecuencia que el resto y que la auténtica incidencia de esta podría ser superior entre la población pero pasa inadvertida entre muchas personas...

...Cuando preguntamos al doctor French qué opina sobre los “ataques de pánico” durante los episodios de parálisis del sueño indica que “hay una serie de posibles interpretaciones de la relación entre ambos. Las dos condiciones se solapan en cuanto a sintomatología (dificultad al respirar, sensación de morirse) pero no son idénticas ya que habitualmente los ataques de pánico no implican incapacidad para moverse. Es posible que los episodios de parálisis del sueño sean suficientes para activar estos ataques en personas susceptibles. Sin embargo, es muy probable que haya una base neurofisiológica común en todos los episodios de pánico. Se cree que el trastorno del pánico está asociado con una regulación anormal del sistema noradrenérgico que está también implicado en la narcolepsia. Si así fuera esto supondría un hallazgo positivo, ya que los métodos terapéuticos que se emplean para ayudar a personas a reconocer y evitar dichos ataques podrían en algunos casos emplearse también para ayudar a personas a superar los que acontecen durante la parálisis del sueño”.

Una zona “intermedia”


NO debe olvidarse que la parálisis del sueño es un trastorno benigno, pero debido a que con frecuencia es aterrador y extraño a muchas personas les angustia sólo la idea de revivirlo mientras duermen. En busca de información “en la calle” sobre el fenómeno, nos hemos asomado a los foros de Internet y tanto en inglés como en español aparecen recogidos multitud de testimonios, en su mayoría “angustiosos” de personas que sufren con regularidad episodios de este tipo, habitualmente acompañados de imágenes alucinatorias de presencias que definen como “alienígenas”, “demonios”, “hombres de negro”, etcétera...

...han comprobado que simplemente tranquilizando a sus pacientes de que esta experiencia tiene un nombre y no es peligrosa suele ser suficiente para aliviar su angustia y preocupación en gran medida. E. Estivill hace hincapié en que “la mejor manera para superar la parálisis del sueño es hacer precisamente lo contrario de lo que hace todo el mundo, es decir, en vez de querer despertarnos, lo mejor es intentar volver a dormirnos. Seguramente no conseguiremos dormirnos de nuevo pero el solo hecho de tranquilizarnos puede hacernos salir del episodio”...

CARACTERÍSTICAS DE LAS EXPERIENCIAS DE PARÁLISIS DEL SUEÑO

Seguidamente se detallan algunas de las características más frecuentes de la parálisis del sueño y el grado de incidencia entre la población inglesa analizada por el investigador Christopher C. French.
-67% Miedo intenso.
-64% Falso despertar.
-47% Imposibilidad de respirar.
-42% Presencia (hostil).
-39% Fantasma.
-37% Opresión en el pecho.
-37% Sensación de flotar.
-36% Presencia (no hostil).
-36% Sensación de morirse.
-36% Sensación de volar.
-32% Resolución de problemas.
-31% Dolor.
-31% Tocamientos o estirones en el pecho.
-30% Zumbidos o pitidos en la cabeza.
-28% Tocamientos o estirones en brazos y piernas.
-25% Audición de voces.
-24% Clarividencia.
-22% Luces extrañas.
-22% Sacudidas o vibración del cuerpo.
-19% Recepción de consejos o advertencias.
-19% Tirones o toques en la cabeza.
-18% Precognición.
-18% Experiencias extracorpóreas.
-16% Sensación sexual.
-16% Telepatía.
-11% Psicoquinesis.
- 8% Túnel de luz.
- 7% Contacto con extraterrestres.


ÍNCUBOS, SÚCUBOS Y EXTRATERRESTRES

El hecho de que la parálisis del sueño suela ir acompañada de imágenes hipnagógicas con frecuencia aterradoras o amenazadoras ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones dependiendo del entorno cultural...
En épocas pasadas los ataques de la parálisis del sueño se conocían como íncubos (demonios masculinos) y súcubos (demonios femeninos). La palabra latina incubus significa “uno que presiona o aplasta”. Los antiguos filósofos consideraban estos ataques causa de la indigestión y recomendaban ayunar como una vía para controlarlos. Descripciones de tales demonios que saltaban al pecho del durmiente y le ahogaban aparecen recogidos por Horacio, Plutarco, Herodoto y Galeno.
La literatura judeocristiana de comienzos de la edad media contiene muchas historias de ángeles lujuriosos que visitaban a los durmientes y copulaban con ellos. Tomás de Aquino en el siglo XIII creía que los demonios se convertían en súcubos para extraer el esperma de los hombres y emplearlo para impregnar a las mujeres cuando adoptaban la forma de íncubos. Además, no sólo la iglesia medieval aceptaba a estos demonios como reales, sino que su existencia aportaba una explicación conveniente para los “incómodos” casos de monjas embarazadas, mortinatos y bebés deformes.

Estos ataques de demonios no sólo florecieron a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII, sino que no han disminuido lo más mínimo. Ahora se les asocia con abducciones por alienígenas y experimentos intergalácticos. En 1992, Hopkins, Jacobs y Westrum efectuaron una investigación al respecto. Encontraron que el 18% de los americanos encuestados afirmaron haber experimentado la parálisis del sueño junto con la sensación de una presencia.
Al referirse al fenómeno de las abducciones por extraterrestres, el investigador Robert Baker ha sido contundente: “Todo el escenario de las abducciones es un fraude muy elaborado… Los alarmistas no sólo han creado una auténtica neurosis en muchas personas que sufren de un trastorno del sueño muy común, sino que también han suscitado la ansiedad entre una población atribulada y con mucho estrés”.
En el campo de la literatura y la ciencia ficción también abundan los relatos de íncubos, súcubos y extraterrestres. Autores como Edgar Allan Poe, Thomas Hardy, Guy de Maupassant, Ernest Hemingway, Isaac Singer, J.R.R. Tolkien y Stephen King nos han permitido familiarizarnos más aún con estos “entes” que parecen nacer de nuestros miedos más profundos.