Hara-kiri o Seppuku

El seppuku o hara-kiri es el término japonés empleado para denominar un suicidio ritual por desentrañamiento. Se conoce al acto del Seppuku, también, como hara-kiri.

En Japonés 'hara-kiri' no se usa comúnmente, ya que tal término es considerado vulgar y grotesco. Era una práctica común entre los samurais, que consideraban su vida como una entrega al honor de morir gloriosamente, rechazando cualquier tipo de muerte natural. Por eso, antes de ver su vida deshonrada por un delito o falta, recurrían con este acto a darse muerte (tal y como significan esas palabras, Hara-kiri: "cortadura de vientre").

La práctica de obligar a la muerte por medio del Seppuku por orden de un amo es conocida como oibara o junshi; el ritual es similar.

Evitar el deshonor

Para los Samuráis, la muerte significaba un asunto de honor, y la muerte por vejez y por causas naturales no era algo deseable. Como lo creían los antiguos griegos, una muerte noble, temprana y violenta era un signo de predilección de los dioses, su ideal era "Vivir bellamente y morir de manera hermosa". De allí la adopción del capullo de cerezo como emblema del Samurai... bello y efímero.

El rito del seppuku

El seppuku era una parte clave del bushido, el código de los guerreros samurai. El Seppuku podía ser voluntario, usado por los guerreros para evitar caer en manos del enemigo o para expiar un fallo al código del honor, u obligatorio, por mandato de un Shogun o tribunal en caso de que un samurai cometiera un delito de asesinato, robo o corrupción. En este caso, se comunicaba al samurai un plazo para realizar el Seppuku, y de no producirse se procedía a decapitar al reo.

Previamente a cometer seppuku se bebía sake y se componía un último poema de despedida llamado zeppitsu o yuigon, casi siempre sobre el dorso del tessen o abanico de guerra. En el rito del Seppuku, el samurai se colocaba de rodillas y hundía una espada corta (wakizashi o tanto) por el lado izquierdo del vientre, continuaba el corte hacia la derecha, volvía al centro y efectuaba un giro para ascender en la trayectoria del corte, hasta el esternón.

Como curiosidad, el samurai que efectuaba el seppuku tenía que sostener el wakizashi o tanto usando un paño para no salpicarse las manos, ya que morir con las manos manchadas de sangre constituía una deshonra.

Mientras el guerrero efectuaba el seppuku, un compañero kaishaku se mantenía a su lado de pie, y si veía a éste sufrir demasiado, le cortaba la cabeza. El término kaishaku no es el equivalente al de un verdugo, sino al de un caballero que asiste a la realización del seppuku (en muchos casos es un cargo desempeñado por un familiar o amigo del condenado).




Jigai


Las mujeres que seguían el bushido realizaban una práctica similar denominada jigai. La principal diferencia con el Seppuku es que se hacían un corte en el cuello, seccionándose la arteria carótida con una daga con hoja de doble filo llamada Kwaiken. Previamente, la mujer debía atarse con una cuerda los tobillos para no tener la deshonra de morir con las piernas abiertas al caer.

La historia de los 47 Ronin

El seppuku forma parte imprescindible de la historia de los "47 Ronin", la obra literaria medieval más importante de Japón, inmortalizada mediante el kabuki. La trama de la historia es la siguiente:

Dos daimyo (señores feudales) llamados Asano y Kira se encontraban en la corte y surgió una discusión, en la que Kira insultó a Asano, el cual desenvainó su wakizashi e hirió a Kira. Dado que estaba prohibido desenfundar ningún arma en la corte imperial, Asano fue condenado a cometer sepukku, con lo que 47 samurais de los cuales él era daimyo se convirtieron en ronin (samurais que carecían de un señor a cuyo servicio entregarse).

Los 47 Ronin decidieron vengar a su amo y, tras un año planeando, se introdujeron en la mansión de Kira una noche, exigiéndole que él también llevara a cabo seppuku con el mismo wakizashi que había usado Asano.

Dado que Kira se negó, le cortaron la cabeza y la colocaron sobre la tumba de Asano, en el templo de Sengaku-ji. Por este acto, los 47 Ronin fueron condenados por el Shogun a cometer seppuku como forma de restablecer su honor (debido al delito de asesinar a un daimyo) y fueron enterrados en el templo de Sengaku-ji frente a la tumba de su amo.